El cinturón de fuego ubicado en el Océano Pacífico es un lugar de altas tensiones, abarca las costas de Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, todos los países centroamericanos, México, los Estados Unidos, Canadá, luego dobla a la altura de las Islas Aleutianas y baja por las costas de China y Japón. Debemos considerar al Cinturón de Fuego del Pacífico como un enorme anillo (un anillo de fuego) que bordea casi toda la costa de ese océano, desde Australia y el sureste de Asia hasta Sudamérica, pasando por Japón, China, Estados Unidos, México y América Central.
El Océano Pacífico está compuesto por una serie de placas oceánicas, las cuales como sabemos no están estáticas, se mueven y generan una fricción constante, lo que acumula tensión entre ellas, esta tensión se libera en algún momento no previsto por los científicos y genera terremotos que afectan los países cercanos al Cinturón de Fuego que mencionamos en los países mencionados. Además, concentra una actividad volcánica constante, sobre todo en América Central.
El Cinturón de Fuego del Pacífico concentra algunas de las zonas de subducción más importantes del mundo: placas de la corteza terrestre se hunden a gran velocidad geológica (varios centímetros por año) en otras placas, un fenómeno que acumula enormes tensiones que deben liberarse en forma de sismos. Por ejemplo sin ir muy lejos este 2008 los volcanes del Cinturón de Fuego del Pacífico comenzaron el año con una intensa actividad (uno de ellos es el monte Santa Helena), pero algunos científicos señalaron que no existe relación entre las erupciones registradas en las tres primeras semanas de 2008 en Chile, México, Ecuador y Colombia, con las actividades de movimiento de placas del Cinturón de Fuego. La erupción del Volcán Llaima, el 1ero de Enero 2008, situado a unos 670 kilómetros al sur de Santiago, en la Cordillera de Los Andes, lanzó torrentes incontrolables de materia incandescente, manteniéndose activo pero en situación de “descanso”, lanzando cada cierto tiempo nubes de gases, cenizas y humo a una distancia de seis kilómetros desde su cráter, situado a 3,125 metros de altitud, pero sin causar víctimas. Los científicos estiman que esta erupción volcánica y otras manifestaciones de este tipo a lo largo del Cinturón de Fuego no guardan relación entre sí, esta actividad volcánica ha sido particularmente fuerte en la cordillera de Los Andes.