Hace 160 millones de años, la monumental ruptura del asteroide Baptistina fue la responsable de la lluvia de escombros que, según científicos de EEUU, causó probablemente, cien millones de años más tarde, el fin del periodo Cretácico y la consecuente extinción, según algunas teorías, de los dinosaurios.
El asteroide tenía unos 170 kilómetros de diámetro y estaba situado en los albores del Sistema Solar, un fragmento provocado por su ruptura cayó en lo que es ahora la península mexicana de Yucatán, hace 65,5 millones de años, causando una extinción masiva que trajo consigo el término del período del Cretáceo.
La explosión fue ocasionada por uno de los muchos fragmentos que chocaron contra la Tierra, porque, según los investigadores, ese fenómeno dobló el número de impactos en los planetas del Sistema Solar en los últimos 100-200 millones de años.
La colisión, que provocó un cráter de casi 200 kilómetros de diámetro, llamado Chicxulub, y una catástrofe ambiental en todo el mundo, formó parte de un proceso mucho más extenso, que afectó a todo el Sistema Solar, esos impactos pudieron haber creado también el cráter Tycho en la Luna y otros cráteres gigantes en Venus y Marte.
Asimismo, la investigación indica que la lluvia creada por el Baptistina podría ser la fuente de aproximadamente un tercio de los objetos que rodean actualmente la Tierra.